¿Te ha pasado que te has comprado alguna blusa y cada vez que quieres usarla sientes que no te queda bien? ¿Te cambiaste el color de pelo y sientes que el tono no te favorece? o ¿Compraste un lisptick, pero el color no te convence? Muchas veces “el problema” no es la prenda o el labial, sino que lo más probable es que el color no sea el indicado para ti.
La utilización inadecuada de la colorimetría (principalmente en colores cerca del rostro y sobre todo en el color de nuestros labiales o “blush/colorete”) provoca muchas veces que la piel se vea “apagada”, cansada o que se marquen imperfecciones como manchas, venitas o rojeces de la piel. Incluso a veces con algunos tonos lucimos más pálidas o nos vemos como si estuviéramos “enfermas”. Al tomar consciencia de esto, la utilización del color deja de ser al azar y obtenemos el máximo provecho de él.
La utilización inadecuada de la colorimetría (principalmente en colores cerca del rostro y sobre todo en el color de nuestros labiales o “blush/colorete”) provoca muchas veces que la piel se vea “apagada”, cansada o que se marquen imperfecciones como manchas, venitas o rojeces de la piel. Incluso a veces con algunos tonos lucimos más pálidas o nos vemos como si estuviéramos “enfermas”. Al tomar consciencia de esto, la utilización del color deja de ser al azar y obtenemos el máximo provecho de él.