¿Y si detenerte fuera tu mayor acto de poder?
Hay días en los que todo sigue funcionando “por fuera”… pero por dentro, algo empieza a desmoronarse. Son esos momentos donde seguimos cumpliendo con todo, pero nos sentimos ausentes. Automáticas. Como si una parte de nosotras ya no estuviera.
Y sabes qué, eso no es flojera, ni falta de ganas.
Es tu alma diciendo: “Ya basta de empujarte en piloto automático.”
Como psicóloga y como mujer, he visto cientos de veces cómo las mujeres se exigen el triple y se permiten la mitad.
Nos enseñaron a ser fuertes, a rendir, a no fallar.
Pero no nos enseñaron a pausar antes de rompernos.
Y cuando no lo hacemos, el cuerpo lo hace por nosotras.
Con ansiedad, insomnio, taquicardia, contracturas, desgano.
No como enemigos, sino como mensajes urgentes del alma.
3 pasos para escuchar cuando tu alma te pide una pausa
1. Detente 5 minutos antes de reaccionar
La próxima vez que sientas que vas a estallar o colapsar, no respondas. No hagas nada. Solo detente.
Respira profundo. Cierra los ojos.
Y pregúntate: ¿Estoy actuando desde el cansancio… o desde lo que realmente quiero?
Aprender a esperar 5 minutos puede salvarte de semanas de agotamiento emocional.
2. Escucha tu cuerpo: él no sabe mentir
El cuerpo es sabio, amoroso y fiel. Siempre te está hablando.
-
Dolor de espalda: ¿Qué estás cargando que no es tuyo?
-
Garganta cerrada: ¿Qué verdad estás callando por miedo a incomodar?
-
Dolores de cabeza: ¿Cuántas vueltas más le vas a dar a eso que ya sabes?
-
Cansancio extremo: ¿A qué te estás obligando que ya no va contigo?
No necesitas buscar fuera lo que tu cuerpo ya te está gritando desde dentro.
3. Crea un espacio sagrado diario
No necesitas un retiro en Bali para volver a ti. Solo 15 minutos de verdad contigo.
Un rincón en tu casa, una caminata sin teléfono, un café en silencio, una respiración consciente.
Ese momento en que no eres madre, ni jefa, ni pareja, ni hija.
Eres solo tú. Viviéndote. Escuchándote.
Y eso… sana.
Tips extras para pausar sin culpa:
-
✨ Apaga el teléfono una hora antes de dormir o no lo dejes al lado de tu velador o mesa de noche.
-
✨ Camina en silencio una vez por semana, aunque sea 10 minutos. A veces es necesario silenciar el ruido exterior para escucharte a ti.
-
✨ Atrévete a decir NO sin justificarte. Así de simple y claro.
-
✨ Usa esta frase como escudo: “Hoy no tengo que poder con todo.” o “No pasa nada”.
-
✨ Haz una lista con lo que te nutre… y otra con lo que te agota. Revisa ambas cada viernes y elige con sabiduría.
Recuerda:
Pausar no es detenerte.
Es volver a ti.
Es honrar tu ritmo.
Es recordarte que no necesitas llegar a tu límite para darte permiso de descansar.
La pausa no es el enemigo de tu progreso.
Es el espacio donde florecen tus verdaderos sueños, tu salud, tu claridad… y tu paz.
Hoy no sigas corriendo. Hoy escúchate. Porque cuando tú te eliges, la vida también empieza a elegirte.
Con amor,
María Paz