Soltar no siempre se siente como un acto de libertad. A veces, se vive como una pérdida. Una despedida o incluso una renuncia forzada.
Y sin embargo, a veces soltar también puede ser el primer paso hacia algo más grande. Más real. Más tuyo.
He aprendido, en mi propio camino y en el de tantas personas a las que acompaño, que aferrarse suele ser una forma de miedo. Miedo a perder, a dejar el control, a cambiar, a no saber quién ser sin eso que tanto sostenemos: una relación, una identidad, un rol, una historia, una idea de cómo debería ser la vida.
Pero la vida —sabia como es— tiene formas suaves y otras veces intensas de empujarnos hacia lo esencial. Y soltar no es fracasar. Es madurar. Es confiar. Es hacer espacio para que lo nuevo pueda llegar. Para que lo que sí está alineado con tu presente tenga lugar.
A veces soltamos con lágrimas, otras con rabia, a veces en silencio… pero cuando lo hacemos desde la consciencia, soltar se transforma en una elección poderosa.
Una declaración de fe. Una forma de amor propio.
Porque quien suelta, se suelta.
Y quien se suelta, se encuentra.
¿Cómo saber si es momento de soltar?
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Cuando lo que sostienes te pesa más de lo que te nutre.
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Cuando una parte de ti ya no se siente representada en ese lugar, vínculo o dinámica.
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Cuando tus emociones te piden un cierre, pero tu mente insiste en resistirse.
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Cuando sigues ahí por miedo, pero no por amor.
Soltar no es abandonar. No es rendirse. Es respetar tu proceso y tu evolución. Es permitirte vivir en coherencia con quien eres hoy.
Aquí te comparto 6 tips prácticos para soltar desde el amor, no desde el miedo:
1. Ponle nombre a lo que te duele soltar
Hazlo consciente. No sueltes a ciegas. Nómbralo: ¿es una etapa, una creencia, una exigencia, una relación?
✍🏼 Escribe: “Hoy me doy cuenta de que estoy sosteniendo…”
Hazlo sin juicio. Solo observa. Esa es la puerta de entrada a tu libertad emocional.
2. Acepta que el cierre también es parte del ciclo
Nada florece eternamente. Los cierres no son el fin, sino la forma en que la vida se renueva. Cuando aceptas esto, el apego pierde fuerza.
🌿 Recuerda: Todo lo que es verdadero, no se va. Lo que se va, enseña.
3. Observa tu miedo, pero no le entregues el timón
El miedo es parte del proceso, pero no debe ser el que dirige tu vida. Míralo con ternura. Pregúntale: “¿Qué vienes a proteger?” Y luego elige avanzar igual.
💬 Pregunta poderosa: ¿Quién sería yo si no tuviera miedo de soltar esto?
4. Libérate del deber ser: no tienes que quedarte donde ya no eres tú
Muchas veces no soltamos por culpa, por lealtades invisibles, por creencias limitantes. Pero tú no naciste para sostener todo.
🕊️ Repite contigo: “Tengo permiso para elegir lo que hoy me hace bien.”
5. Crea tu ritual personal de cierre
Encender una vela, escribir una carta que no enviarás, caminar por un lugar especial, decir en voz alta lo que eliges dejar atrás. El cuerpo y el alma necesitan actos simbólicos para cerrar ciclos.
🔥 Acción: Elige un día y honra tu cierre. Transforma el final en un acto de amor.
6. Haz espacio para lo nuevo con intención
Soltar no es solo dejar ir… es también abrirte a recibir. Concreta una acción alineada con tu presente: una decisión, un sí, una cita contigo.
🌱 Pregúntate: ¿Qué nuevo compromiso conmigo misma quiero asumir desde hoy?
Soltar es un proceso. No se fuerza, no se acelera, no se controla. Pero sí se puede acompañar.
Si estás en ese momento en que algo dentro de ti te pide soltar… escucha.
Porque la voz más sabia no siempre grita. A veces solo susurra: “Ya es tiempo.”
Con amor,
María Paz
* Tu proceso no tienes que vivirlo sola. Si sientes que es tu momento, te acompaño con amor y herramientas en mis sesiones de Life Coaching.