PÁGINA OFICIAL DE MARIA PAZ BLANCO – PSICÓLOGA – AUTORA BEST SELLER – CONFERENCISTA

Recupera tu poder: claves para dejar de minimizarte

¿Cuántas veces has dudado de ti misma, incluso cuando sabías que estabas lista?
¿Cuántas veces has dicho que “no es para tanto” cuando en realidad era mucho?
¿O has callado tu opinión, tu necesidad o tu logro para no incomodar?

Minimizarte es una forma sutil —pero profunda— de desconectarte de tu poder personal. Y aunque muchas veces lo hacemos por hábito o protección, llega un momento en que seguir haciéndolo duele.
Porque cuando te achicas para encajar, te alejas de tu esencia.

Hoy quiero invitarte a cambiar esa narrativa.
Es momento de ocupar tu lugar sin culpa.

 

 


💬 ¿Qué significa minimizarte?

Es cuando dudas de tu valor.
Cuando te cuesta recibir un elogio.
Cuando subestimas tus logros.
Cuando priorizas tanto a los demás que tú desapareces.
Cuando pides permiso para ser tú, o pones excusas para no brillar.

Minimizarte no es humildad.
Es miedo. Es autoabandono. Es falta de práctica en darte el lugar que mereces.


🧠 ¿Por qué lo hacemos?

Muchas veces lo aprendimos desde pequeñas:
• Que era mejor no destacar.
• Que ser fuerte era ser egoísta.
• Que no debíamos “molestar”.
• Que si hablábamos mucho, éramos intensas.
• Que si nos mostraban, nos juzgarían.

Y sin darnos cuenta, empezamos a creer que nuestro valor dependía de no incomodar a nadie.

Pero eso se puede desaprender.


🔑 Claves para dejar de minimizarte y recuperar tu poder

1. Reconoce cuándo lo haces

Empieza por observarte con honestidad: ¿en qué momentos te haces pequeña? ¿Con quién? ¿En qué contextos? El primer paso para cambiar un patrón es hacerlo consciente.

2. Valida tus logros, sin justificarte

Aprende a decir: “Sí, me esforcé mucho y lo logré.” No necesitas restar importancia a lo que hiciste para que sea aceptable. Lo que hiciste vale. Y tú también.

3. Suelta la necesidad de caerle bien a todos

Cuando tu energía está puesta en agradar, te traicionas. No viniste a adaptarte a todos los moldes, viniste a ser tú, con tu voz, tu historia y tu luz única.

4. Habla de ti con respeto

Revisa cómo te refieres a ti misma: ¿te descalificas, te comparas, te ridiculizas? Lo que dices sobre ti, lo escucha tu mente. Habla de ti como hablarías de alguien a quien admiras.

5. Ocupa tu lugar, sin pedir permiso

No esperes que alguien te diga “ya puedes”. Da ese paso. Levanta la voz. Postula. Di que sí. Di que no. Haz espacio para ti en tu propia vida.


💖 Recuperar tu poder es recordarte que ya lo tienes

No es que tengas que convertirte en alguien distinta.
Es que tienes que volver a ti, a esa mujer que ha vivido, aprendido, sentido, caído y vuelto a levantarse.

Esa que, incluso en sus momentos más frágiles, sigue estando.

 

 


🤝 ¿Quieres comenzar este camino acompañada?

Estoy aquí para ti. A través de mis servicios de coaching de vida y coaching de imagen, puedo ayudarte a:

✨ Fortalecer tu autoestima desde la raíz.
✨ Redefinir tu relación contigo misma.
✨ Proyectar tu autenticidad con seguridad.
✨ Volver a reconocerte, sin máscaras.

💌 Agenda tu sesión o conoce más aquí.


🌸 ¿Te hizo sentido esta nota? Compártela con otra mujer que lo necesite

Todas hemos pasado por momentos en los que olvidamos quiénes somos. A veces, un texto como este puede ser el recordatorio que otra mujer necesita para volver a su centro. Que esta nota viaje donde tenga que llegar. 💫

Un abrazo cariñoso,

María Paz

“No estoy rota, estoy reencontrándome”: 3 herramientas para volver a ti cuando sientes que todo se desordena

Hay días en que todo se tambalea. En que no reconoces tu reflejo, en que tus emociones están revueltas y tu mente no da tregua. Días en los que sientes que estás “fallando” por no poder con todo, por no ser tan fuerte como creías, por sentirte perdida incluso dentro de ti misma.

Pero… ¿y si no estás rota?
¿Y si lo que estás viviendo no es una caída, sino una transición sagrada?

Desde la psicología lo sabemos: las crisis no son un error ni un signo de debilidad. Son umbrales. Pasajes entre una versión antigua de ti —construida para sobrevivir— y una más auténtica, más libre, más alineada con lo que realmente eres. A veces, lo que se desmorona no es tu esencia, sino las capas que ya no te sostienen: las máscaras del deber, las exigencias heredadas, los automatismos que ya no resuenan con tu verdad.

Porque todo lo que no nace desde tu autenticidad… tarde o temprano se caerá. Y eso no es una pérdida: es una oportunidad de reconstruirte desde un lugar más honesto, más humano, más tú.

Hoy quiero compartirte 3 herramientas sencillas pero profundas para cuando sientas que necesitas regresar a ti:

1. La pausa consciente (detenerse para escucharte)

Tómate 5 minutos en completo silencio. Respira profundo. Pon tu mano sobre tu pecho y pregúntate:
¿Qué emoción hay en mí ahora mismo?
Nombrarla ya es empezar a sanar. La autoconciencia es el primer paso para reorganizar tu mundo interno.


2. Diario de autorreconocimiento

Cada noche, antes de dormir, escribe 3 cosas que hiciste bien hoy. No importa cuán pequeñas sean. Entrenar tu mente para ver tu luz es un acto diario de amor propio.
¿Cocinaste algo rico? ¿Acompañaste a alguien? ¿Te levantaste aunque no tenías ganas? Eso cuenta, y mucho.


3. Reescribe la narrativa

Piensa en el pensamiento más autocrítico que te repites cuando estás mal (por ejemplo: “nunca hago nada bien”). Ahora, reescríbelo desde la compasión:

“Estoy haciendo lo mejor que puedo con lo que tengo hoy. Y eso es suficiente.”
Este simple ejercicio activa nuevas rutas neuronales que fortalecen tu autoestima.

No tienes que tenerlo todo claro para empezar a sanar. Solo necesitas presencia, amabilidad y el permiso para ir paso a paso.

Y cuando parezca que estás perdiéndote… en realidad podrías estar reencontrándote con tu versión más auténtica.

Si hoy resuena contigo el deseo de reencontrarte, te invito a compartir este post con alguien que amas y a dar el siguiente paso.
En mis sesiones de life coaching 1:1, te acompaño con herramientas de psicología, neurociencia y amor propio para que transformes tu camino desde el interior.
Agenda tu primera sesión conmigo y comencemos juntas este nuevo capítulo. ¡Hay pocas vacantes abiertas! (Y se llenan muy rápido)

[Escríbeme aquí para más información ➝] YO QUIERO

Te espero con mucho amor en este maravilloso camino del reencuentro personal.

María Paz

_____________________________________________________________________

Una breve reseña sobre mí:

_____________________________________________________________________

También te podría interesar:

Mitad de año: un llamado a pausar y reflexionar

LEER AQUI

Lo que viene: cómo abrirte al segundo semestre con esperanza 🌟

Cuando el primer semestre del año llega a su fin, es natural hacer un balance de lo vivido y pensar en lo que viene. Pero, ¿cómo abrirte a la segunda mitad del año con una actitud de esperanza y propósito, sin cargar con las dudas o frustraciones que puedan haber quedado atrás?

La mitad del año puede ser el punto perfecto para reajustar el rumbo, pero, sobre todo, para cultivar la esperanza. No es solo sobre alcanzar metas, sino sobre sostener una visión positiva de lo que está por llegar, incluso si las circunstancias no siempre son ideales.

Aquí te comparto 5 recomendaciones que puedes empezar a practicar hoy mismo:

1. Haz espacio para la gratitud

La esperanza comienza desde la gratitud. Antes de proyectarte hacia el futuro, es fundamental que mires al pasado con aprecio por lo que has vivido y aprendido. Haz una lista de las pequeñas victorias de este semestre:

¿Qué lograste que te hizo sentir bien contigo misma? ¿Qué momentos de conexión o paz viviste? La gratitud te da una perspectiva más clara de lo que realmente importa y te prepara para avanzar con una mentalidad positiva.

2. Reconoce las emociones y deja ir lo que pesa

Es inevitable que algunos momentos del primer semestre hayan traído frustración, miedo o incertidumbre. Está bien reconocer estas emociones, pero no debes quedarte atrapada en ellas. Libérate de las cargas emocionales no resueltas. Puedes hacerlo con un ejercicio de escritura, liberando todo lo que sientes en papel, y luego quemarlo o guardarlo como símbolo de liberación. Deja ir lo que no te sirve para abrirte con ligereza a lo nuevo.

3. Establece una intención clara para el segundo semestre

Más allá de las metas, la intención es lo que nos da dirección. Si no sabes por dónde empezar, pregúntate:

¿Qué quiero cultivar en mi vida durante los próximos meses? Puede ser una intención de paz, de autoconocimiento, de conexión profunda con las personas que amas, o de crecimiento personal. Establecer esta intención te dará claridad y enfoque, guiando tus decisiones hacia lo que verdaderamente deseas.

 

4. Practica la flexibilidad y la paciencia

El segundo semestre, al igual que el primero, estará lleno de sorpresas. Algunas cosas saldrán como las planeas, otras no. Es importante practicar la flexibilidad, porque la vida es impredecible, y la esperanza no se trata de controlar todo, sino de mantener una actitud positiva a pesar de las incertidumbres. Aprende a adaptarte a las circunstancias con confianza y paciencia.

 

5. Rodéate de energía positiva

La esperanza se nutre de las personas y de los ambientes que elegimos. Rodéate de aquellos que te inspiran, te apoyan y te elevan. Haz un esfuerzo consciente por reducir las fuentes de negatividad en tu vida, ya sean personas, pensamientos o ambientes. Cuando el entorno se alinea con tu bienestar, se vuelve mucho más fácil mantener una visión positiva del futuro.

6. Celebra los pequeños logros

Al final del segundo semestre, tu camino estará marcado por los logros pequeños y grandes. La esperanza no solo se alimenta de los grandes hitos, sino de los pasos cotidianos. Celebra cada avance, cada momento de conexión y cada acción que te acerque a tu intención. Son estos momentos los que realmente crean la energía para seguir avanzando con esperanza y confianza.

Abrirse al segundo semestre con esperanza no es una promesa de que todo será perfecto. Es la decisión consciente de mantener una mentalidad positiva, flexible y enfocada en lo que realmente importa. La esperanza se construye todos los días con pequeñas acciones, pensamientos y decisiones que te alinean con lo que deseas.

La mitad del año es un recordatorio de que siempre estamos en constante transformación. ¡Te invito a que te abras a todo lo que está por venir con el corazón lleno de esperanza!

Con cariño,

María Paz

_____________________________________________________________________

💛 ¿Cómo podemos caminar juntas este 2025?

Este nuevo año está lleno de posibilidades, y si sientes que llegó tu momento de crecer, sanar o reconectar contigo, estoy aquí para acompañarte.
Aquí te comparto formas reales y profundas en que podemos encontrarnos:

1. 💫 Una conversación para ti

Agenda tu sesión de Coaching de Vida y abre un espacio para escucharte, entenderte y dar pasos claros hacia lo que anhelas.

2. 👱‍♀️ Reconecta con tu imagen

En el proceso de Coaching de Imagen Personal, trabajamos tu presencia externa desde una base emocional y auténtica. Porque cuando te sientes bien contigo, lo reflejas en cada gesto.

3. 🙌🏼 Comienza por agradecer

Transforma tu energía con un simple hábito diario. Únete al Desafío de Gratitud y empieza a ver la vida desde un nuevo lugar.

4. ❤️ Activa tu poder interior

Te invito a recorrer un viaje transformador con mi nuevo curso online: Despierta tu Poder Personal. Una guía práctica, amorosa y real para que tomes el timón de tu vida.

5. 📖 Lleva mi voz contigo

Si aún no lo has leído, mi libro El Poder de Quererte” puede acompañarte en esos momentos en que necesitas volver a ti.

 

Cuando ser fuerte se vuelve una carga: aprender a soltar la autoexigencia

Nos enseñaron a ser fuertes.
A rendir.
A no detenernos.
A demostrar que podemos con todo.

Y sin darnos cuenta, convertimos esa fuerza en una exigencia constante. En una presión interna que nos empuja a estar siempre disponibles, resolutivas, impecables… incluso cuando por dentro estamos agotadas, tristes o simplemente necesitamos detenernos.

La autoexigencia muchas veces se disfraza de compromiso, de responsabilidad, de “querer hacer las cosas bien”. Pero hay una línea muy sutil entre dar lo mejor de ti y exigirte más de lo que puedes sostener sin romperte.

¿Cómo se manifiesta la autoexigencia?

  • Dificultad para pedir ayuda.

  • Culpa al descansar o poner límites.

  • Sensación de que nunca es suficiente, por más que hagas.

  • Diálogo interno crítico y severo.

  • Incapacidad para celebrar tus logros.

  • Expectativas imposibles de cumplir contigo misma.

Si te sentiste identificada con alguna de estas frases, no estás sola. Nos pasa a muchas. Yo también he tenido que reaprender a ser amorosamente exigente sin perderme en el intento.

Entonces, ¿cómo soltamos esa carga?

Aquí te comparto herramientas prácticas que pueden ayudarte a transitar desde la autoexigencia hacia el autocuidado consciente:

1. Pregúntate: ¿Desde dónde me estoy exigiendo?
¿Desde el miedo a fallar? ¿Desde la comparación? ¿Desde querer demostrar algo? Ponerle nombre a la raíz te da libertad para elegir otra forma de actuar.

2. Practica la autocompasión
No se trata de ser indulgente o conformista, sino de tratarte con la misma empatía que ofrecerías a alguien que amas. ¿Qué te dirías si fueras tu mejor amiga?

3. Establece expectativas realistas
Está bien tener metas, pero también es necesario honrar tus ciclos, tu energía y tus límites. Ser productiva no es lo mismo que vivir en piloto automático.

4. Crea momentos de pausa conscientes
No solo descanses cuando te sientas al borde del colapso. Aprende a hacer pausas preventivas. Cinco minutos al día de respiración, silencio o escritura pueden cambiar tu estado emocional.

5. Celebra lo pequeño
Reconoce cada avance, aunque sea mínimo. Agradece tu constancia, tu intención, tu capacidad de seguir aprendiendo. La transformación no siempre se ve, pero se siente.

6. Redefine qué significa “ser fuerte”
Hoy creo que ser fuerte no es resistirlo todo, sino saber cuándo parar, pedir ayuda, y darte lo que necesitas sin culpas. Esa es la verdadera valentía.

No necesitas hacerlo todo perfecto para merecer amor, reconocimiento o descanso.
Tu valor no depende de cuánto haces, sino de quién eres. Y tú, incluso en pausa, incluso en días bajos, ya eres digna de todo lo bueno que la vida tiene para ti.

Si esta nota tocó algo en ti, compártela con quienes amas. A veces una palabra a tiempo puede cambiar un día, una vida, una mirada.
Y si aún no me sigues en Instagram, te invito a que lo hagas en @mpblanco, donde comparto herramientas, reflexiones y espacios de encuentro para acompañarte en tu camino de transformación.

Un abrazo cariñoso,
María Paz

¿Y si, sí eres suficiente? Superando el síndrome de la impostora

¿Cuántas veces has sentido que no estás a la altura, a pesar de todo lo que has logrado?

Ese pensamiento persistente de que en cualquier momento alguien va a “descubrir” que no eres tan capaz como aparentas… ese es el síndrome de la impostora. Y es mucho más común de lo que creemos, especialmente entre mujeres sensibles, comprometidas, inteligentes, que quieren hacer las cosas bien.

Yo también lo he sentido. En momentos clave de mi vida, cuando todo indicaba que debía confiar en mí… dudé. Me cuestioné. Sentí que no lo merecía. Y aprendí, con el tiempo, que esa voz interna no era una verdad: era una creencia limitante que necesitaba ser transformada.

¿Qué es el síndrome de la impostora?

Es una sensación interna de no merecimiento, de creer que tus logros se deben a la suerte, a factores externos, o incluso a un “engaño” que estás cometiendo. Es esa voz que te dice: “¿Quién eres tú para lograr esto?” o “No eres tan buena como creen…”

Este síndrome suele afectar especialmente a mujeres que son muy capaces, pero que se han acostumbrado a validarse a través del perfeccionismo y la aprobación externa.

¿Cómo empezar a superarlo? Herramientas prácticas

Aquí te dejo estrategias que aplico personalmente y que recomiendo a mis clientas de sesiones de Life Coaching y mis lectoras:

1. Nombra la voz de la impostora
Dale nombre. Literalmente. Llama a esa voz como quieras: “la crítica”, “la controladora”, “la exigente”. Esto te permite separarla de tu esencia y verla como una parte de ti, no como la totalidad de tu identidad.

2. Lleva un registro de logros
Haz una lista de tus logros, grandes y pequeños. Anótalos con fecha, recuerda cómo lo lograste, qué herramientas internas usaste. Revísala cada vez que aparezca la duda.

3. Reescribe tu diálogo interno
Cambia frases como:
“No soy suficiente” por “Estoy aprendiendo y eso también es válido.”
“Seguro tuve suerte” por “Me preparé, trabajé y esto es fruto de mi esfuerzo.”

4. Habla con otras mujeres
Compartir tu experiencia con otras mujeres (colegas, amigas, redes de apoyo) te hará ver que no estás sola. Muchas sentimos lo mismo, y cuando lo verbalizamos, pierde poder.

5. Recuerda tus valores, no solo tus logros
Más allá de lo que haces, ¿quién eres? Amorosa, comprometida, creativa, perseverante, auténtica… Reconocer tus valores internos te ancla a algo más profundo que el resultado.

6. Aprende a recibir reconocimiento sin justificarte
Cuando alguien te dice: “¡Qué bien lo hiciste!”, no respondas con “¡Ay, fue suerte!” o “No es para tanto…”. Practica decir: “Gracias”, y nada más. Eso también es amor propio.

7. Abraza tu humanidad, no la perfección
El síndrome de la impostora se alimenta del perfeccionismo. Pero la vida real está hecha de errores, aprendizajes, pausas y avances. Permítete ser imperfectamente valiosa.

8. Visualiza a tu “yo segura”
Cierra los ojos e imagina a esa versión de ti que sí se siente capaz, merecedora, confiada. ¿Cómo camina? ¿Cómo habla? ¿Qué decisiones toma? Esa mujer eres tú, ya está en ti. Solo necesitas recordarla.

Superar el síndrome de la impostora no significa que nunca más sentirás dudas. Significa que sabrás cómo responder cuando aparezcan. Que tendrás recursos internos y herramientas para volver a tu centro y decirte a ti misma: “Sí, sí soy suficiente. Sí, sí merezco estar aquí.”

Y quiero que lo sepas hoy:
No necesitas hacer más para merecer amor, respeto y reconocimiento. Ya eres suficientes. Ya vales. Ya puedes… Sólo necesitas empezar a creerlo.

Con toda mi fuerza y mi Fe en ti,
María Paz

Las cookies nos permiten ofrecer nuestros servicios. Al utilizar nuestros servicios, aceptas el uso que hacemos de las cookies. Más información.

¡Bienvenida a tu espacio
de transformación!

Suscríbete y recibe contenido exclusivo sobre crecimiento personal, herramientas prácticas para potenciar tu vida y las últimas novedades de mis programas transformacionales.

El cambio que buscas comienza aquí.
Únete hoy.